Este edificio diseñado por Pascal Arquitectos en Polanco, en un terreno en forma de “L”. casi no tiene fachada hacia la calle, se definió así porque la vida y las vistas se desarrollaran al interior.
Se buscó una patrón geométrico irregular, con uns sembrado aleatorio de diferentes materiales tales como madera de cumarú, metal graseado, cristal transparente, cristal cerámico blanco y piedra caliza.
En principio se pensó en generar un “bosque vertical” que acabó siendo más cercano a una “orangerie” ante la propuesta de poner mandarinos en los maceteros para poder, a través de esta fachada, integrar el olfato a los sentidos a los que se dirige. Al mismo tiempo incorpora toda la gama de elementos: como el agua en la fuente y el fuego en el fire pit que se vuelve centro de este lugar de reunión.